El video de “Voces contra la globalización” señala que la exigencia de un mundo mejor no es minoritaria ni una utopía, pues, todos los personajes a los que ha entrevistado han dejado claro que no están en contra de la globalización, pero sí el modo de cómo se esta llevando a cabo. El video se ha fundamentado en opiniones críticas con el movimiento de las grandes instituciones internacionales, económicas y políticas, donde señalan que es necesarios cambios gigantescos y una visión valiente de futuro con una voluntad política. El documental refleja en buena medida las inquietudes de ciudadanos de los países desarrollados, gentes que tienen necesidades básicas cubiertas con creces, pero que se sienten solidarios con los que no las tienen y con una naturaleza amenazada, que se ven con pavor la pérdida de valor de la democracia frente a colosos privados que pretenden eliminar cualquier control a su expansión.
Por ello, refleja las opiniones de 54 personalidades de todo el mundo que examinan, un significativo número de aspectos relacionados con la globalización. Abordan la política económica neoliberal, el funcionamiento de los grandes organismos internacionales, la pérdida del poder político en beneficio de las grandes corporaciones económicas mundiales, la debilidad de la llamada sociedad del bienestar en Europa, la explotación laboral y la inmigración. El video resalta al neoliberalismo como una forma del capitalismo que propone la libre competencia como norma suprema para regir la economía del planeta. Para tal fin, elimina las barreras que estorban a la libre competencia como son los subsidios, los aranceles, las fronteras, entre otros. Considerando lo expuesto, el neoliberalismo arrastra al ser humano a vivir en una despiadada competencia por producir más y consumir más: “comprar y comprar, vender y vender”, por lo que el objetivo único es el dinero. Ganar cada vez más dinero y hacerlo producir todavía más dinero; de preferencia sin trabajar, mediante la especulación y el trabajo de los demás.
Se evidencia, entonces, que en los últimos años el dominio del capital se ha ido haciendo cada vez más global. Su proyección mundial se intensifica, y muy pocos territorios y poblaciones escapan ya a su lógica depredadora. La mercantilización creciente de las distintas facetas de la vida afecta ya prácticamente a todos los ámbitos de nuestra existencia, especialmente en los países del Centro. Y la capacidad por parte de las estructuras del poder para heterodeterminar la subjetividad humana y nuestras conciencias alcanzan cotas difíciles de imaginar. El capital transnacional productivo y, especialmente, financiero especulativo es el señor poderoso que opera prácticamente sin restricciones en todo el planeta, diseñando un entorno institucional estatal acorde con sus necesidades de acumulación y beneficio. Este nuevo marco de funcionamiento está impregnado por las políticas neoliberales, y en él no tienen cabida las consideraciones humanas, sociales o ambientales. Todo se supedita a la lógica del mercado y la competitividad.
Es por ello que minimiza la intervención del estado, privatiza empresas paraestatales y servicios públicos (salud, energía, agua, educación, etc.) y limita el gasto social. Consideran la privatización, el papel de las industrias farmacéuticas y las grandes pandemias, el nuevo rol de Latinoamérica, los movimientos indigenistas, la propiedad de la tierra, la pérdida de la biodiversidad, el calentamiento global y la extinción de miles de especies.
El video llega a la idea de que existe una utilización de políticas agresivas por parte de las superpotencias (Estados, Transnacionales, entre otros) para controlar la economía mundial, apoyándose en las nuevas tecnologías, para concebir la globalización o la mundialización. Estos especialistas analizan el concepto de “globalización” en un mundo sujeto a continuos cambios y desequilibrios desde la caída del muro de Berlín hasta nuestros días.
Señalan que existen los llamados “Amos del mundo”, basado el poder real de los políticos y la posibilidad de otro mundo más justo. Utilizaron material que retrata el movimiento de fábricas recuperadas y autogestinonadas por sus trabajadores en Argentina, y las diferentes etapas de Argentina desde 1976 a 2001, en el que se muestra la decadencia económica, social, política y cultural del país.
Luego, mostraron el nuevo panorama laboral en el mundo, las deslocalizaciones de empresas, las grandes áreas de producción mundial (China e India), la inmigración, la pérdida de la sociedad del bienestar en Europa, las privatizaciones, la pérdida de los derechos laborales, la victoria de la economía especulativa sobre la economía productiva y la política económica neoliberal. En relación a que una sola potencia pueda dominar el mundo, se observó cómo influye la industria del miedo en los ciudadanos, en manos de quienes están los grandes medios de comunicación y cuál es su papel o los esfuerzos por un mundo mejor.
El video también aborda la situación de la pobreza en relación al consumo en el mundo, las áreas de miseria en los países desarrollados, las pandemias, el comportamiento de las grandes multinacionales farmacéuticas en los países en los que un tercio de la humanidad vive con menos de un dólar al día. Hasta hace poco, según se recoge en esta entrega, el presupuesto de Naciones Unidas era de 1,2 billones de dólares, seis veces menos que lo que los norteamericanos se gastan en cosméticos.
Considera los elementos representativos del calentamiento global, la pérdida de millones de especies, la insensibilidad de los políticos y la despreocupación de los ciudadanos ante un panorama que alarma a los científicos de todo el mundo quienes opinan que la forma de vida de una parte de la humanidad va a condenar a toda las especies. De igual manera, destaca las revueltas contra la globalización precisamente el mismo día que entra en vigor el Tratado de Libre Comercio entre América del Norte y México, analizando a través de las voces de los indígenas y de los intelectuales, la pérdida de la tierra en el mundo, la pérdida de la identidad, la uniformidad de las culturas, las privatizaciones y el nuevo panorama en América Latina.
Por todo lo anterior, el documental cierra planteando si otro mundo es posible y cómo ha de ser ese mundo que ya está naciendo. Pues, como lo señala Enrique del Río: no está globalizada la salud, ni su prevención, sino los medicamentos a través de los laboratorios multinacionales, no está globalizada la nutrición para todas las personas del planeta sino los canales de distribución de los alimentos que controlan las multinacionales, no está globalizada la educación/formación de todas las personas para ser autónomas, con capacidad de decidir libremente sino los programas de televisión para culturizarnos y acostumbrarnos a una forma de entender la realidad, por último, no está globalizada la distribución de la renta para toda la población sino un sistema de mercado que cada vez vive más de la especulación y genera ciudadanos de segunda categoría y emigrantes.
Los cambios necesarios son gigantescos y se necesita juntar una visión valiente de futuro con una voluntad política determinada para llevarlos a cabo. La "tecnopolítica" se ocupa ahora de discutir sobre el alcance del poder del Fondo, los solapes con el Banco Mundial y los bancos regionales o las agencias de Naciones Unidas, la dimensión y funcionalidad de sus créditos. Mientras tanto la gente empobrecida se preocupa de la sanidad que no tiene, de la escuela que se cae porque los recursos de su gobierno se dedican a pagar la Deuda Externa. A pesar de contar con algún elemento apreciable, pocas políticas han tenido un efecto tan negativo en la gente pobre como las de ajuste estructural impulsadas por el Fondo durante los últimos quince años. Lo que se exige un gobierno económico mundial que establezca un orden donde primen los intereses de la gente y no solo los de los capitales financieros desbocados.
Esta necesidad proviene de la óptica actual de la globalización o mundialización, donde existe un proceso dirigido por las élites mundiales para su propio beneficio; que perjudica a los más excluidos en el mundo. Tampoco busca el desarrollo, sino el crecimiento por el crecimiento, en una espiral sin fin y autoalimentado que no se orienta a la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población mundial, sino al aumento general en la producción y el consumo, concentrados en las capas más pudientes que empeora las condiciones laborales de los trabajadores en general, incluidos los situados en los países del norte que subordina la política y la decisión ciudadana a la economía capitalista dominada por las grandes empresas que no tiene en cuenta el deterioro medioambiental directo y los efectos a largo en la sostenibilidad del ecosistema de la actividad económica que se asienta sobre una visión economicista y rentabilista, dentro de una mirada restringida por el interés privado a corto y/o medio plazo que fomenta los valores competitivos entre personas, grupos y países, y que tiende a uniformizar (más que a unir) en función de criterios marcados unilateralmente por el centro dominante.
Por ello, refleja las opiniones de 54 personalidades de todo el mundo que examinan, un significativo número de aspectos relacionados con la globalización. Abordan la política económica neoliberal, el funcionamiento de los grandes organismos internacionales, la pérdida del poder político en beneficio de las grandes corporaciones económicas mundiales, la debilidad de la llamada sociedad del bienestar en Europa, la explotación laboral y la inmigración. El video resalta al neoliberalismo como una forma del capitalismo que propone la libre competencia como norma suprema para regir la economía del planeta. Para tal fin, elimina las barreras que estorban a la libre competencia como son los subsidios, los aranceles, las fronteras, entre otros. Considerando lo expuesto, el neoliberalismo arrastra al ser humano a vivir en una despiadada competencia por producir más y consumir más: “comprar y comprar, vender y vender”, por lo que el objetivo único es el dinero. Ganar cada vez más dinero y hacerlo producir todavía más dinero; de preferencia sin trabajar, mediante la especulación y el trabajo de los demás.
Se evidencia, entonces, que en los últimos años el dominio del capital se ha ido haciendo cada vez más global. Su proyección mundial se intensifica, y muy pocos territorios y poblaciones escapan ya a su lógica depredadora. La mercantilización creciente de las distintas facetas de la vida afecta ya prácticamente a todos los ámbitos de nuestra existencia, especialmente en los países del Centro. Y la capacidad por parte de las estructuras del poder para heterodeterminar la subjetividad humana y nuestras conciencias alcanzan cotas difíciles de imaginar. El capital transnacional productivo y, especialmente, financiero especulativo es el señor poderoso que opera prácticamente sin restricciones en todo el planeta, diseñando un entorno institucional estatal acorde con sus necesidades de acumulación y beneficio. Este nuevo marco de funcionamiento está impregnado por las políticas neoliberales, y en él no tienen cabida las consideraciones humanas, sociales o ambientales. Todo se supedita a la lógica del mercado y la competitividad.
Es por ello que minimiza la intervención del estado, privatiza empresas paraestatales y servicios públicos (salud, energía, agua, educación, etc.) y limita el gasto social. Consideran la privatización, el papel de las industrias farmacéuticas y las grandes pandemias, el nuevo rol de Latinoamérica, los movimientos indigenistas, la propiedad de la tierra, la pérdida de la biodiversidad, el calentamiento global y la extinción de miles de especies.
El video llega a la idea de que existe una utilización de políticas agresivas por parte de las superpotencias (Estados, Transnacionales, entre otros) para controlar la economía mundial, apoyándose en las nuevas tecnologías, para concebir la globalización o la mundialización. Estos especialistas analizan el concepto de “globalización” en un mundo sujeto a continuos cambios y desequilibrios desde la caída del muro de Berlín hasta nuestros días.
Señalan que existen los llamados “Amos del mundo”, basado el poder real de los políticos y la posibilidad de otro mundo más justo. Utilizaron material que retrata el movimiento de fábricas recuperadas y autogestinonadas por sus trabajadores en Argentina, y las diferentes etapas de Argentina desde 1976 a 2001, en el que se muestra la decadencia económica, social, política y cultural del país.
Luego, mostraron el nuevo panorama laboral en el mundo, las deslocalizaciones de empresas, las grandes áreas de producción mundial (China e India), la inmigración, la pérdida de la sociedad del bienestar en Europa, las privatizaciones, la pérdida de los derechos laborales, la victoria de la economía especulativa sobre la economía productiva y la política económica neoliberal. En relación a que una sola potencia pueda dominar el mundo, se observó cómo influye la industria del miedo en los ciudadanos, en manos de quienes están los grandes medios de comunicación y cuál es su papel o los esfuerzos por un mundo mejor.
El video también aborda la situación de la pobreza en relación al consumo en el mundo, las áreas de miseria en los países desarrollados, las pandemias, el comportamiento de las grandes multinacionales farmacéuticas en los países en los que un tercio de la humanidad vive con menos de un dólar al día. Hasta hace poco, según se recoge en esta entrega, el presupuesto de Naciones Unidas era de 1,2 billones de dólares, seis veces menos que lo que los norteamericanos se gastan en cosméticos.
Considera los elementos representativos del calentamiento global, la pérdida de millones de especies, la insensibilidad de los políticos y la despreocupación de los ciudadanos ante un panorama que alarma a los científicos de todo el mundo quienes opinan que la forma de vida de una parte de la humanidad va a condenar a toda las especies. De igual manera, destaca las revueltas contra la globalización precisamente el mismo día que entra en vigor el Tratado de Libre Comercio entre América del Norte y México, analizando a través de las voces de los indígenas y de los intelectuales, la pérdida de la tierra en el mundo, la pérdida de la identidad, la uniformidad de las culturas, las privatizaciones y el nuevo panorama en América Latina.
Por todo lo anterior, el documental cierra planteando si otro mundo es posible y cómo ha de ser ese mundo que ya está naciendo. Pues, como lo señala Enrique del Río: no está globalizada la salud, ni su prevención, sino los medicamentos a través de los laboratorios multinacionales, no está globalizada la nutrición para todas las personas del planeta sino los canales de distribución de los alimentos que controlan las multinacionales, no está globalizada la educación/formación de todas las personas para ser autónomas, con capacidad de decidir libremente sino los programas de televisión para culturizarnos y acostumbrarnos a una forma de entender la realidad, por último, no está globalizada la distribución de la renta para toda la población sino un sistema de mercado que cada vez vive más de la especulación y genera ciudadanos de segunda categoría y emigrantes.
Los cambios necesarios son gigantescos y se necesita juntar una visión valiente de futuro con una voluntad política determinada para llevarlos a cabo. La "tecnopolítica" se ocupa ahora de discutir sobre el alcance del poder del Fondo, los solapes con el Banco Mundial y los bancos regionales o las agencias de Naciones Unidas, la dimensión y funcionalidad de sus créditos. Mientras tanto la gente empobrecida se preocupa de la sanidad que no tiene, de la escuela que se cae porque los recursos de su gobierno se dedican a pagar la Deuda Externa. A pesar de contar con algún elemento apreciable, pocas políticas han tenido un efecto tan negativo en la gente pobre como las de ajuste estructural impulsadas por el Fondo durante los últimos quince años. Lo que se exige un gobierno económico mundial que establezca un orden donde primen los intereses de la gente y no solo los de los capitales financieros desbocados.
Esta necesidad proviene de la óptica actual de la globalización o mundialización, donde existe un proceso dirigido por las élites mundiales para su propio beneficio; que perjudica a los más excluidos en el mundo. Tampoco busca el desarrollo, sino el crecimiento por el crecimiento, en una espiral sin fin y autoalimentado que no se orienta a la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población mundial, sino al aumento general en la producción y el consumo, concentrados en las capas más pudientes que empeora las condiciones laborales de los trabajadores en general, incluidos los situados en los países del norte que subordina la política y la decisión ciudadana a la economía capitalista dominada por las grandes empresas que no tiene en cuenta el deterioro medioambiental directo y los efectos a largo en la sostenibilidad del ecosistema de la actividad económica que se asienta sobre una visión economicista y rentabilista, dentro de una mirada restringida por el interés privado a corto y/o medio plazo que fomenta los valores competitivos entre personas, grupos y países, y que tiende a uniformizar (más que a unir) en función de criterios marcados unilateralmente por el centro dominante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario